o bien “nadie quiere al pastor…” Las frases “todo el mundo” y “nadie” pertenecen al léxico de la amargura. Cuando la amargura llega a ser norma de vida para una persona, ésta por lo general se vuelve paranoica e imagina que todos están en su contra. Un pastor en Brasil me confesó que tal paranoia tomó control de su vida, y empezó a defenderse mentalmente de adversarios imaginarios. 4) El espíritu amargo se disfraza como sabiduría o discernimiento. Es notable que Santiago emplea la palabra “sabiduría”
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